No se deben generalizar las estrategias de estimulación para todos los niños, puesto que cada niño tiene diferentes necesidades y requiere de estímulos específicos en cada etapa de su desarrollo; hay que tener en cuenta su maduración neurológica y su proceso de crecimiento y desarrollo. Además cada menor aprende de una manera distinta.
Un niño estimulado incorrectamente es incapaz de crear, organizar y gestionar; como padres de familia o docentes no debemos caer en este error, ya que para ello existen diferentes medios que generan en él el interés y la capacidad para aprender sorprendentemente.
Dichos medios nos ayudan a trabajar las dimensiones del desarrollo infantil de nuestros niños:
DIMENSIÓN SOCIOAFECTIVA: se requiere estimular esta dimensión haciendo evidente la importancia que tiene la socialización y la afectividad en el desarrollo armónico e integral. afianzando la personalidad, autoimagen, y autonomía del niño.
DIMENSIÓN CORPORAL: desde esta dimensión se trabaja al niño como un ser de comunicación, se hace de él un ser de creación; favoreciendo el acceso hacia nuevas formas de pensamiento.
DIMENSIÓN COGNITIVA: identificar las diferencias y aptitudes del niño, donde la creatividad juega un importante papel.
DIMENSIÓN COMUNICATIVA: dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y fenómenos de la realidad, a construir mundos posibles, a establecer relaciones para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y sentimientos.
DIMENSIÓN ESTÉTICA: juega un papel fundamental ya que brinda la posibilidad de construir la capacidad profundamente humana de sentir, conmoverse, expresar, valorar y transformar las percepciones con respecto a sí mismo y al entorno, desplegando todas sus posibilidades de acción.
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