No hace falta comprarle juguetes caros a nuestros hijos, las actividades cotidianas realizadas con el niño pueden convertirse en ejercicios ricos para el desarrollo de sus habilidades. Solo hace falta que aprovechemos esos pequeños momentos como lo es por ejemplo la hora del baño, para estimular a nuestro bebé por medio de masajes, música. etc.
no debemos brindarle el mismo estímulo siempre por que el menor también se cansa de lo mismo, debemos ser creativos e innovar con otras actividades; además debemos de hacerlo diariamente, esto no quiere decir que tiene que ser una rutina de tantos minutos que el niño debe seguir estrictamente al pie de la letra. La estimulación se trata de propiciar el goce en el niño y el aprendizaje, no la apatía.
Del tiempo que le dediquemos, el espacio, la ambientación, la calidad y la diversidad de actividades depende el buen resultado de la estimulación.
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